10 creencias INFUNDADAS por las que los cuidadores profesionales sujetamos a los usuarios o pacientes, perjudicando seriamente su salud y su dignidad.

España es uno de las países occidentales donde más se sujeta a las personas cuidadas, ya sea con sujeciones mecánicas o con psicotrópicos.

¿Cómo es posible esta práctica, desechada hace tiempo en los países de nuestro entorno?

La Fundación Cuidados Dignos lleva tiempo abogando por un cambio en el modelo asistencial, y una de las mayores resistencias que encontramos repetidamente son las creencias sobre las bondades de usar sujeciones. Creencias que hemos demostrado que son infundadas con la práctica y con datos en la mano.

Las sujeciones no son necesarias para una atención de calidad. Al contrario, sus efectos secundarios van contra su salud, la calidad de vida y la dignidad.

1.-«Las sujeciones previenen las caídas». No es cierto.

La realidad ha demostrado que cuando se les quitan las sujeciones, las personas cuidadas tienen igual o incluso menor riesgo de caída.

Para muestra, la gráfica de abajo muestra la evolución en el número de sujeciones, caídas y fracturas consecuentes, como consecuencia de la aplicación en Texas en 2002 de la norma QIO.

Las sujeciones caen y las caídas y consecuencias se mantienen estables. Los datos recogidos por la doctora Ana Urrutia en centros asistenciales de España muestra la misma tendencia.

A veces se puede observar un incremento temporal de las caídas al comenzar la transición.

La principal causa de ese repunte inicial sería el periodo de aprendizaje hasta que la organización se readapta al cambio de su forma de trabajar.

Al cabo de poco tiempo se estabilizan al nivel que tenían en el estado anterior, o incluso por debajo.

También está bien documentado que las consecuencias de las caídas son más graves en organizaciones que sujetan que en las que no sujetan.

Esto se debe a que las personas cuya movilidad no se limita mantienen una musculatura y una agilidad que hace menos peligrosas las caídas, además de que aprenden a caer, como mencionan los cuidadores de diversos centros.

 

2.-«Controlan los riesgos por deambulación deficitaria». No es cierto.

La realidad cotidiana de los centros que han implantado el modelo Libera-Care nos ha enseñado que para desmontar esta creencia, es necesario asumir dos principios:

No existe movilidad sin riesgo

Debemos aprender a gestionarlo y minimizarlo, no forzar su eliminación a costa de anular la libertad de movimiento y la dignidad de las personas afectadas.

Potenciemos las capacidades

Si se cambia el foco y dejamos de mirar a las limitaciones para potenciar las capacidades de las personas cuidadas, el panorama cambia totalmente.

Primero, debemos facilitar entornos seguros para que las personas cuidadas puedan deambular con libertad.

Entonces, el propio ejercicio aumentará su potencia muscular, agilidad y equilibrio lo que va reduciendo la probabilidad de caer, o en caso de ocurrir, la gravedad de los daños.

Es decir, se trata de crear y alimentar un círculo vicioso.

Extracto del documental "quitadme las cadenas blancas"

3.-«Controlan los riesgos por conducta agitada». No es cierto.

El modelo Libera-Care enseña a dejar de mirar a los síntomas para buscar la raíz de los problemas.

La pregunta que debemos hacernos es ¿por qué está agitado o agitada?

La agitación suele ser expresión de una necesidad no satisfecha, que muchas veces el paciente/usuario no puede manifestar por problemas de comunicación.

Es nuestra labor investigar las causas, observando su vida cotidiana pero también remontándonos a su historia personal.

La inmensa mayoría de las veces se encuentra esa necesidad y el equipo es capaz de encontrar una manera ingeniosa y respetuosa de resolverla, con lo que se anula la causa del riesgo. Ya no hace falta la sujeción.

Extracto del curso online "Introducción al cuidado sin sujeciones. Modelo Libera-Care"

4.-“Corrigen la postura”. No es cierto.

Con un mobiliario adecuado se puede corregir mejor la postura, haciendo la sujeción innecesaria.

 

5.-“Previenen que el paciente o usuario interfiera con su tratamiento». No es cierto.

Se suele argumentar que una persona con las capacidades cognitivas mermadas puede arruinar un tratamiento.

Por ejemplo, arrancarse el tubo cuando está intubado en la UCI, levantarse y caminar sin apoyos recién operado de cadera, o impedir violentamente que se le haga cualquier tipo de prueba invasiva.

Lo cierto es que en la práctica, las sujeciones provocan tal cantidad de efectos secundarios, que son ellas mismas el factor que más interfiere con los tratamientos.

Por ejemplo, en residencias geriátricas es habitual este tipo de círculo vicioso: Si sujeto a un usuario con demencia para –teóricamente- evitar que arruine algún tipo de tratamiento que está recibiendo, la sujeción le provoca agitación e incluso agresividad.

En muchos casos, se le acaba aplicando sujeción química para evitar dicho comportamiento.

Como consecuencia la persona está adormilada, con lo que su comportamiento es aún menos predecible, y necesito sujetarle físicamente aún más para evitar…

 

6.-“Previenen la agresividad hacia sí mismos u hacia otros”. No es cierto.

De nuevo aquí se entra fácilmente en un círculo vicioso: Si se aplican sujeciones para reprimir la agresividad, esto es vivido tan mal psicológicamente por la persona cuidada, que suele potenciar su agresividad y crear un profundo malestar.

Se sienten enfadados con un entorno que les es hostil, represivo, indigno. Atrapados, humillados, reprimidos…

Se debe y se puede romper este círculo a favor de un círculo virtuoso:

Potenciar la movilidad, desarrollar un trato personalizado y otras herramientas que se trabajan en el modelo de cuidado Libera-Care.

 

7.-“Facilitan la atención que prestamos a los pacientes y usuarios”. No es cierto.

Se ha demostrado que el uso de sujeciones genera más dependencia en las personas cuidadas ya que deteriora su estado físico general. Por lo tanto, acaba generando más trabajo a los cuidadores.

En el modelo que propone Cuidados Dignos el profesional va dejando poco a poco el papel de mero cuidador y adquiriendo más un papel de acompañante.

 

8.-“Las familias siempre prefieren que se sujete a sus familiares”. No es cierto.

A la mayoría de las familias no se les ha ofrecido jamás una alternativa a la sujeción.

Sí que es cierto que muchas pueden tener a priori una cierta resistencia a retirarlas porque temen que pueda ser peligroso.

Pero cuando se les ofrece una alternativa bien fundamentada y se les va comunicando paso a paso el proceso, la inmensa mayoría reciben bien la retirada y la perciben como una mejora de la calidad de vida de su familiar.

Es un proceso paulatino, en el que se debe tener una actitud abierta y comunicativa. Hay que hacerles partícipes del proceso, no meros espectadores o consumidores del servicio.

Cuando se les involucra en el proceso de retirada y en el cuidado en general, se va creando una nueva confianza en la organización y acaban sintiendo las sujeciones como innecesarias, hasta el punto que ellos mismos acaban aportando ideas alternativas.

Si se ha cultivado la transparencia y la confianza, en caso de producirse una caída está será vista como una oportunidad para mejorar el cuidado, siempre con la dignidad de la persona cuidada por delante.

 

9.-«Al sujetar, es menos probable que suframos denuncias». No es cierto.

La experiencia demuestra que las organizaciones que han ido retirando las sujeciones no tienen más denuncias que el resto.

Al contrario, se percibe una sensación de seguridad a este respecto, porque se sabe que la familia está implicada en el día a día de la organización.

Y uno es menos proclive a criticar o denunciar aquello de lo que forma parte.

En cualquier caso, la mejor prevención ante una eventual demanda es llevar una correcta gestión y comunicación de las sujeciones, ya que en caso de necesidad esto permite argumentar sólidamente su no uso a favor del bienestar del paciente/usuario.

 

10.- “Las sujeciones son cosa de las residencias de ancianos” No es cierto

El uso de sujeciones físicas o químicas se encuentran en todos los niveles asistenciales: residencias geriátricas, sociosanitarios, hospitales, centros de salud mental…

Es por tanto un tema transversal, de cambio de cultura del cuidado a nivel de país.

El modelo Libera-Care ha sido concebido y contrastado en distintos tipos y tamaños de centros asistenciales, con los mismos resultados positivos.

Extracto del documental "Quitadme las cadenas blancas"

A lo largo de la historia de la Fundación Cuidados Dignos hemos asistido una y otra vez a la resistencia al cambio que generan estas creencias.

Y una y otra vez hemos visto como el modelo Libera-Care conseguía disolverlas, cambiar las mentalidades y llegar al resultado que se buscaba: organizaciones más centradas en la persona y su dignidad, con equipos más motivados y mejores métodos de trabajo, donde las sujeciones prácticamente han desaparecido.

Visiona gratuitamente el documental
"Quitadme las cadenas blancas"

Descubre cómo funciona el modelo Libera-Care con el que casi 200 centros han retirado las sujeciones.

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